Las actividades físicas no son un fin en sí mismas, sino un medio de anclaje y de conexión con nuestra realidad actual y parte espiritual de cada uno. Construir tipis, levantar muros de piedra, trabajar la tierra o bañarse en el río se convierte en un proceso profundamente sensitivo, donde cada acto guiado por Caty permite a la persona vivir su propia experiencia individual aunque siempre haya una amigable convivencia de grupo a la vez que un trabajo general grupal. Nos enseña a compartir, a convivir con la naturaleza y el entorno, a partir hacia el futuro con los medios que disponemos y, si es posible, a llegar a encontrar esta tan deseada paz interior.

Caty guía a cada persona de manera individual o en grupo, ofreciendo conversaciones y trabajos físico-sensitivos que permiten descubrir la propia verdad interior y el camino único de cada uno. Caty siempre les va a intentar guiar hacia sí mismos y hacia su verdadero destino y conocimiento real. Son retiros donde siempre van de la mano la espiritualidad y la materia, para incentivar el propio crecimiento personal de cada uno, tanto en lo material como en lo espiritual.

Al punto real donde nos quiere llevar Caty Marí es a una toma de conciencia sin expectativas y con las manos abiertas, ya que el futuro de cada uno y el verdadero porqué de estar aquí en esta tierra es impredecible. Como dice Caty: lo más difícil de encontrar es lo que nos hace realmente felices, ya que la gran cantidad de creencias fijas o deseos personales que traemos con nosotros de esta vida o de vidas precedentes nos ponen barreras para poder llegar hasta este punto. Donde tenemos las grabaciones más fuertes es en las memorias de shock o trauma, ya que el estado natural es estar bien, y esto hace que los buenos recuerdos no queden tan profundamente grabados. Al preguntarnos quiénes somos, recordamos más los malos momentos, lo cual nos hace sentir más culpables y nos impide ver realmente quiénes somos y las verdaderas ventajas y capacidades de cada uno.

Normalmente suele haber algunas excursiones a lugares que, por su energía, su historia o su belleza, pueden despertar en nosotros recuerdos vivos que tan necesarios son en la historia de cada uno.

Todos los trabajos están basados en las enseñanzas de Caty Marí, cuya base es el Punto Can-Pal (situado en el centro del cuerpo). Es el punto de conexión entre espiritualidad y materia, y es la reconexión con nuestra primera célula donde se encuentra la memoria cuántica (archivo de memoria del mundo material, vida, evolución e inteligencia) que, al conectar con nuestra memoria espiritual (memorias vividas en vidas precedentes), hacen una fusión entre las dos para hacernos sentir una guía interna que nos da una seguridad fuerte y profunda.

Como dice Caty, la conexión con el Punto Can-Pal sería un derecho humano al que todos tendríamos que poder acceder, ya que nos hace sentir presentes y bien anclados aquí en esta tierra. Aunque todos hayamos tenido vidas precedentes en otros planetas o galaxias, en estos momentos físicamente somos todos hijos de la tierra, y es aquí donde tenemos que adaptarnos y lograr entre todos mejorar la convivencia entre los seres humanos y el entorno. La tierra no quiere que se la defienda, quiere que se la conozca. Si reconocemos su existencia como algo que amamos y que nos sostiene, nunca le haremos daño.